Misoginia y Misandria, primas del alma. Coexistiréis, siempre. Unas veces indiferentes, otras, os desmoñaréis con ávida alharaca para acabar en el mismo lecho mientras el resto se enjuga la cara. Mañana será Misandria quien enarbolando bandera torso descubierto y media docena de letras, vitupere a Misoginia, lo deje cual piltrafa. Pasarán los días y Misoginia, sonrisa postiza, postureo de siempre, sacará la bota para pisar el cuello a su prima, "la victoriosa". Baile de victorias gira y gira la noria. ¿Quién cambia señorías? Todos a una, de a una, a por todas.
Sin pretensión alguna... Una amiga me dijo que debía hacerlo, y si es amiga lo diría por algo.