Misoginia y Misandria,
primas del alma.
Coexistiréis, siempre.
Unas veces indiferentes,
otras,
os desmoñaréis con ávida alharaca
para acabar en el mismo lecho
mientras el resto se enjuga la cara.
Mañana será Misandria
quien enarbolando bandera
torso descubierto
y media docena de letras,
vitupere a Misoginia,
lo deje cual piltrafa.
Pasarán los días
y Misoginia,
sonrisa postiza,
postureo de siempre,
sacará la bota para pisar el cuello
a su prima, "la victoriosa".
Baile de victorias
gira y gira la noria.
¿Quién cambia señorías?
Todos a una,
de a una,
a por todas.
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