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EL GIN Y EL HAM (II)


Existían muchos motivos por los que ir a casa de David era un verdadero placer. El primer recuerdo siempre me llevaba a nuestra etapa juvenil  y  sus magníficos dibujos y caricaturas que plasmaban a la perfección cualquier personaje o situación. Su visión para el diseño, fotocomposición y publicidad eran magistrales, y en lo que se refiere a la decoración gozaba de mi mayor admiración. Su capacidad para fusionar lo Oriental con lo Occidental, sin que nada desentonase, era exquisita. La seriedad de las Hoates convivía con la alegría de las Voltos. La sobriedad de los Bargueños con  la sencillez de un Futon sobre un minimalista tatami en laca negra. Todo en continuo equilibrio, el Yin y el Yan. No sé si eso se llevará en los genes, pero siempre me dio la impresión de que tener esa mezcla entre Chino y Español le daba ventaja. Un suave “me parece bien siempre que sea cena Oriental” me sacó de mi abstracción, a lo que contesté un “perfecto, le envío un mensaje e incluyo tus peticiones”

En el firme convencimiento  de que tengo vista de águila, y gracias a que el traductor del móvil tiene a bien irse inventando las palabras que quiero ir poniendo, tarde poco en enviarlo. “Que rodó  David, he recibido tu mensaje. Ni vernos el sábado. Si me a que hora, y si me quieres algo”. Como la mayoría están acostumbrados a mis mensajes ya usan el traductor del traductor y no hacen aspavientos, aunque en esta ocasión hubo respuesta, con la consiguiente coña.


- PONTE LAS GAFAS CUANDO MANDES MENSAJES, claro que te quiero, aunque no sé muy bien qué es lo que ha rodado.
-Hola David, perdona, las prisas.
            - Ya te vale, ¿qué hacéis, entonces?
-Nos vemos el sábado, eso sí, me han pedido que sea cena oriental. Este finde nos hemos puesto morados por Soria y algo ligero no vendría mal.
-Os cuidáis fatal. Venga no os preocupéis, para la niña lo que sea. He aprendido una receta nueva, una innovación de sushi, que te va a encantar.
-Bien. ¿Hace falta que lleve algo preparado? ¿El vino sí, no?
            -No traigas nada, bueno venga el vino. Estupendo. Apunta, el sábado a las 21:00. Nos vemos.
-Okis.


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