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DIARIO DEL ESTUDIANTE DE SEPTIEMBRE. Tercer día.



Buenos Días diario. Esta mañana mi Madre me ha pedido que le acompañe a la compra. Me he cogido un cabreo enorme, reconozco que quizá me he pasado, pero ya le he dicho a mi madre que iba a estar enclaustrado para los exámenes, y parece que no me escucha. De todas formas, voy a disculparme por mi actitud, tampoco se merece que me ponga así, si se lo digo de otra manera lo comprenderá de igual forma.

Mi madre se ha puesto súper contenta cuando le he pedido disculpas, me ha dado de besos y abrazos, y hasta le he visto emocionarse. Me he dado cuenta que como una madre no hay nada y verla llorar de alegría me ha hecho ver claramente lo que es una madre. Después de comer me pondré como una moto con los temas de la mañana y de la tarde, con la compra se nos ha ido mucho tiempo. Ya le he dicho a mi madre que no estoy para nadie.

He oído como mi madre repelía una llamada de teléfono de esas que te desconcentran el estudio. La verdad, con el valor que hace, a nadie le apetece un partido de Tenis. Prosigo con mis esquemas de historia, ya tengo dos, pero me faltan otros cuatro para completar las previsiones.

He terminado exhausto con la historia. Me ha preguntado mi padre si quiero que me ayuda con los resúmenes, y le he dicho que ya he igualado las previsiones, que voy bien. Después de cenar estudiare matemáticas. Mamá ha comentado durante la cena que ha quedado con Maricarmen para ir a pasar el día al campo con los pequeños, y al preguntar si yo iría, mi madre a respondido que estaba enclaustrado. Mi madre es única.

He podido repasar un tema de mates, pero estoy roto. Me voy a la cama. Mañana sin distracciones me como los libros.




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