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DIARIO DEL ESTUDIANTE DE SEPTIEMBRE. Noveno día.


Me queda menos de una semana, creo que llegaré a tiempo. Ayer, con el intensivo de mates se me olvido llamar a Carlos. Por si acaso, después de desayunar le llamo, no sea que Lina cumpla su amenaza y me tenga atado a la silla. Por cierto, esta noche he soñado algo terrible, me había casado con ella y teníamos tres hijos, bueno, tampoco tan terrible, mas bien resultó placentero. Tengo que dejarme de tonterías. Voy a hablar con Carlos y a estudiar, estudiar, encomendarme a la virgen, y estudiar.

He hablado con Carlos, aunque he tenido que colgar antes de acabar la conversación. Ha llegado la "madre de mis hijos". Me ha dicho que hay un chisme sobre un Pagafantas. Algo que hablaba su Tía Maricarmen con alguien por teléfono. He quedado con el, si puedo esta tarde, siempre que me deje mi chica. Por cierto, tengo que dejarme de estas tonterías.

Siete textos completos me ha puesto, siete. Comentarios, análisis morfológicos, síntesis, resúmenes, hiperbatones y conjunciones, tócate los cojo... bueno, la rima. No he tenido ni tiempo de mirar sus lindos ojos, ni de oler la fragancia a lavanda. No me ha dejado si quiera planear nuestro futuro, ni el de nuestros hijos. Se ha empeñado en ello, parece que le pagan por que se me meta en la cabeza la Lengua y las Matemáticas.

 No tengo ni hambre. He bajado y he llamado a Carlos. Hemos quedado para mañana por la mañana, le tengo que contar esto a alguien o sino, reviento.

Mi Madre me ha puesto el termómetro, me ha dicho "tienes mala cara, a ver si va a ser cierto que tanto atracón de estudio va a ser malo. ¿Viene mañana Lina?" No. No viene, por un lado me alegro, otra paliza igual, me mata, pero no verla, también. Evidentemente eso no se lo dije, pero quedo informada que no venía, y que me iba a acercar a casa de Carlos para verle.

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