Querido diario. Me he despertado entren un mar de sudores. Notaba la decapitacion de "facto". Las taquicardias pasaban a estado convulso tras aplicar un desfibrilador. Lo primero que he hecho ha sido mirar la hora y fecha del móvil. Agosto 18, 8:30 a.m. ¿Qué? Rápidamente me he venido al diario, y al abrirte he descubierto que los últimos quince días estaban en blanco. Para cerciorarme, le he pegado una patada a la cajonera con el dedo pequeño de pie. Duele mucho. Estoy despierto, no ha ocurrido nada. Iré a desayunar, he de reflexionar sobre todo esto.
Todo ha sido un sueño. Ni Lina, ni agobios, ni café desparramado sobre apuntes y mesa, ni ronquidos en el examen. Bien, quince días por delante con una ventaja, he tenido una visión, ya se lo que no debo hacer.
Plan de actuación.
1. Nada de piscinas con Lina, ni su madre ni su Tia.
2. Buscar el texto de Lengua y los temas de Historia y Filosofía con los que he soñado pues fijo que entran, el resto con mirarlos tengo bastante
3. Hacer un puñado de ejercicios de mate.
4. Descansar lo suficiente. Con el café no se arregla nada, salvo generarte ojeras enormes.
Bueno, una vez organizado, toca relajarse. Menuda pesadilla nocturna, y yo encomendándome a la Virgen como un poseso. Ahora si que no me pillan.
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