Cómo puedo olvidarte,
olvidar el terciopelo de tu piel,
el verde de tus ojos,
el fino perfil de tus labios.
Cómo puedo dejar de regalarme
un sólo despertar sin ti.
Quién despreciaría el sol.
Qué orate podría vivir en esa penumbra.
Olvidar el contraluz de tu silueta,
el nácar de tu piel,
la firmeza con la que me aferras
cuando se desdibuja el alma.
Olvidar tu llanto y tu pena,
que es mi congoja, y mi duelo.
Cómo podría olvidarte.
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