Te camuflan risas y rubores.
El nácar brilla, el arrebol aniña.
Candor pueril que mal escondes.
Me persigues, ronda sibilina,
buscas mi atención, huyes.
Te encuentro, rehúsas queda.
Repito, y te arrullas un soplo.
Baile que iteras sin cesar.
Me robas a sorbos,
hasta que soy tuyo todo.
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