Rodéame con tus brazos,
apareja mis medidas,
a codos, a palmos,
pero hazlo vida mía.
No dejaré que se escape
este sentir por ti.
Este bullir de sangre,
este intenso frenesí.
Un gesto, una caricia,
un leve roce.
Un beso en la distancia,
algo que te denote.
Aunque la parca te lleva,
aquí quedan las brasas.
Rompe este epilogo mudo
que se diluye en la nada.
Regresa en silencio,
furtivo, posee esta casa.
Ella se llevó tu cuerpo,
y para mí quiero tu alma.
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