Te elevaron como palacio de Dios, y te pones de puntillas para alcanzar el cielo, para ser su morada. Atrás quedan las historias, las de las malignas puertas del Ángel caído. Tú, que cerraste una para que Lucifer no saliera libremente por el Abantos, esperas paciente como centinela, para que el Maligno no retuerza ni arrastre almas al Averno. No, no durante tu guardia.
De vez en cuando te llega el relevo. "Descansa centinela, cumple tu deseo, se Palacio, se Morada. No te alces sobre tus puntas, he bajado el Cielo para acompañarte".
De vez en cuando te llega el relevo. "Descansa centinela, cumple tu deseo, se Palacio, se Morada. No te alces sobre tus puntas, he bajado el Cielo para acompañarte".
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