¿Qué me perdí de tu sueño? Dónde estabas cuando yacías junto a mí, y en el
onírico, tu piel se postraba exacerbada, inquieta, en un vaivén de pasión, sin
un susurro cálido que lo provoque. ¿Quién me roba la pasión que se encarna en
tu cuerpo, invisible para mí? ¿Cómo luchar contra el amante silente? Te miro
durante las breves horas en las que no puedo disfrutar de tu consciencia, en
las que me conformo sólo con tu belleza, y me debato en interrumpir tu
descanso, por si es Morfeo quien me roba la pasión de tu piel.
Tus ojos y tu sonrisa me devuelven la serenidad. Tu suave voz, me devuelve
la calma.
- "Arrópame con tu piel, y mañana no apagues la calefacción, que estoy
helada"
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